19 de abril de 2013

Bebimos de la noche

Tus pupilas se dilataron. Con el roce de mis dedos en tu espalda. Y mi vello se erizó en dirección a la luna. Bebimos de la noche, de las copas que pedimos. De la colonia mezclada con hielo que nos hizo sonreír a destiempo. Sin ataduras nos llevamos, nos dejamos llevar y nos besamos. El tiempo fue el amigo que dejó su testigo a los pies de nuestra historia. 
Y la vida se nos fue. Y la noche dejó de arder.

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