El lugar del príncipe; estoy segura de que allí arriba, aunque no lo diga, tiene su trono. El mismo trono que yo pisé y no quise abandonar. La vida allí es distinta, plena. Las calas son tan minúsculas que parecen falsas, pero están. La arena late al mismo ritmo que mi corazón. Al mismo que mis pies temblando sobre la roca, la que me dio vida.
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